Es imposible relacionar la sonrisa con algo meramente estético, va mucho más allá.

Quizás suene extremo, pero me gusta catalogar a una sonrisa como la herramienta que utiliza el alma para comunicarse, ya que por medio de ella expresamos todo tipo de sentimientos y sensaciones que sentimos acá, en el mundo exterior por llamarlo de alguna forma.

¿Y cómo no desear tener esa herramienta en perfecto funcionamiento?

Antes de que la gente elija cambiar su sonrisa o modificarla, me encantaría que la mayoría vea y principalmente valore la importancia de haberse animado y tomar la decisión de hacerlo.

Porque ese es el primer gran paso que uno da. Asimilar que quiere lo mejor para uno mismo, que quiere sentirse completamente feliz y seguro, siempre consigo mismo.

Es importante tener siempre presente que una sonrisa relajada, amplia y espontánea influye en la actitud que mostramos ante los demás y en la percepción que ellos tienen sobre nosotros. Cuando sonreímos, las personas se ven más predispuestas a devolver el gesto, y además, enviamos un mensaje a quienes nos rodean, ya sea de que estamos cómodos con su presencia, o tenemos buenos pensamientos sobre ellos, y eso, sin la necesidad de que lo mencionen, repercute en que perciban en nosotros cualidades positivas.

Una sonrisa simboliza sociabilidad, seguridad y confianza en uno mismo, y con una dentadura estética, blanca y luminosa, los estándares de que esto suceda se multiplican, ya que es lo último que necesitamos para expresar un sin fin de sentimientos positivos a nuestro alrededor.

Por eso, no tengas miedo al cambio.

Deseá lo mejor para vos siempre… asegurate de dejar tu sonrisa en manos verdaderamente profesionales, investigá, consultá. No le pongas costo a esa herramienta encargada de mostrar al mundo tal cuál sos, y de elevar tu autoestima y seguridad para amarte, y así aprender a amar de forma sincera y honesta a los demás.